Cuando estaba en la escuela solía participar en todos los actos que involucraran “bailar”.
De niña bailaba en todas las fiestas e inventaba coreografías.
En la escuela, durante los recreos o mientras esperábamos a la maestra, una amiga que estaba en una academia de baile me enseñaba las coreografías que se había aprendido.
Las “academias de baile” en los 90`s eran escasas, y a la que yo quería ir quedaba muy lejos de mi casa y mis padres no podían pagarlo en el momento.
Una vez, para un acto de la escuela, vino una coreógrafa a enseñarnos un baile: yo estaba feliz de recibir las enseñanzas y las prácticas me las tomaba muy en serio.
Tenía 12-13 años quizás.
El día del acto llegó. Recuerdo que gocé cada minuto de la presentación. Recuerdo que cuando bailaba, me sentía “como en casa”: era como algo natural para mí: no sentía que tenía que esforzarme para bailar o reirme o hacer el acto: disfrutaba y punto: presentarme en tarima y bailar era como “si hubiera nacido para eso”
Otros suelen decir como que “estás en tu elemento”.
Bajé del escenario y mi profesor de español, a quien yo respetaba mucho, me interceptó en el pasillo y mirándome a los ojos fijamente como él hacía, me dijo: tienes un don.
WOW. Me sentí especial. Sentí que había recibido algo. Fue la primera vez que le pude poner nombre a “esa felicidad inmensa” que yo sentía cuando bailaba.
Fue la primera vez que conocí los “dones”. Nunca antes había oído hablar de ellos.
Desde ahí, comencé a buscar información para aprender más sobre ellos: empecé a buscarlos o a dejar que me encontraran. No sabría decirte bien qué sucedió primero pero sucedió que nos encontramos.
Lo cierto que reconocer que tenía “algo especial” me hizo sentir especial. Me hizo tomar decisiones en mi vida que de otra manera no hubiera podido tomar. Me ayudó mucho con mi auto-estima, siendo adolescente cuando tienes las hormonas alocadas.
Esas 3 palabras de mi profesor de español cambiaron mi vida para siempre. Sabía dentro de mi que tenía algo que me hacía feliz, algo con lo que era yo sin esfuerzo, me conectaba a mi esencia y a mi razón de ser.
Lo que sigue es historia: dediqué más de 20 años a la danza y al baile. Fundé Tempo junto a Michelle De La Rosa y 5 amigas más.
Luego abrimos COMPLOT con mi mejor amiga Vilma y Dindi y luego la vida corporativa me succionó o yo me dejé succionar por ella.
Verás. El tema aquí es lo importante que fue para mi haber reconocido que tenía dones y talentos únicos que me identificaban y le daban sentido a mi vida.
¿Qué es un don? Un don es un talento, un regalo.
Según el diccionario,
???????? un don es una dádiva, un presente (material o inmaterial) que un ser superior hace a alguien.
???????? son cualidades o habilidades que alguien posee. Talentos que nos han sido dados para nuestro beneficio, crecimiento y expansión.
???????? son regalos únicos de Dios – La Fuente – el Universo – que nos ayudan a SER quienes somos en nuestra identidad original y nos ayudan a HACER lo que vinimos a hacer.
???????? son como depósitos del Universo en nuestras cuentas personales, pero nosotros determinamos el interés en ellos.
Todas las personas nacemos con un regalo o don que necesitamos utilizarlo como una herramienta para ayudar y hacer el bien — esa es una gran cualidad de un DON. Se debe usar para el BIEN COMÚN.
“Es un camino de crecimiento. Los dones puedes utilizarlos para diferentes cosas, pero no alcanzan el nivel de don hasta que llegas a disfrutarlo y regalarlo para que otros se beneficien o puedas ser de inspiración”, opina la psicóloga Koenig, quien cree que el don “más especial es cuando se lo ofreces a Dios”.
Nadie puede quitar de nuestras vidas nuestros dones ni el llamado a cumplirlos, a usarlos y manifestarlos. SON NUESTROS DE POR VIDA Y HASTA LA ETERNIDAD.
Otra característica es que una vez que quieras saberlos, comienza a aparecer.
Sentirte realizado también es una evidencia de haber encontrado tus dones: “Tiene que haber una actitud amigable de exploración y de poderte desarrollar para sentirte realizado.”
Aún cuando no sepamos cuáles son. Aún cuando no los reconozcamos. Aún cuando jamás hayamos hecho algo con ellos, aún cuando hallamos cometido errores, nuestros dones y talentos son irrevocables y siguen en nuestro interior.
AQUELLO EXTRAORDINARIO QUE ERES Y QUE OTROS VEN EN TI (aunque quizás ni tu mismo lo puedes ver) son probablemente tus dones en acción.
Sharon M. Koenig, escritora puertorriqueña de temas espirituales y conferenciante internacional radicada en Miami dice:
“El propósito es lo que vas a hacer con ese regalo que Dios te dio. Por eso creo que la habilidad que tienes se eleva a don cuando se utiliza para beneficio de la humanidad. Esa es la diferencia entre tener un don o simplemente tener la facilidad o habilidad para hacer algo”.
“Cuando tienes un regalo y haces que se desarrolle para regalarlo a los demás, se convierte en una herramienta poderosa para que otras personas crezcan.”
POCO ESPECIALES.
Nos sentimos poco especiales, perdidos, separados y desconectados del mundo cuando no sabemos que tenemos dones o no sabemos reconocerlos y ponerlo en palabras.
Cuando hago procesos de desarrollo de MARCA PERSONAL, hago énfasis a la identificación de los dones y talentos porque ellos proveen información, discernimiento y revelación de QUIEN ERES.
En ellos existe información sobre ti: sobre tu esencia, tu identidad y sobre aquello que le da significado a tu vida, y cuando encuentras eso, encuentras el ORO ????
Saber esto, no solo ELEVA TU ESTADO DE ÁNIMO, TU FRECUENCIA y tu ENERGIA VITAL: te sientes empoderado, confiado y en tu centro: sabiendo para qué eres bueno y cómo puedes dejar tu huella de una manera más óptima y concreta.
Hay una felicidad única y un estado de paz inmenso, que no se pueden recibir de ninguna otra manera o fuente, que saber nuestros dones.
Los dones, como tales, no vienen en tamaño, ni se clasifican como mejores o peores, más importantes o menos importantes: tampoco es un tema de competir por tener más o menos dones: ni se terminan o se agotan; mientras más se usen, más grandes, fuertes y valiosos se vuelven.
CADA SER TIENE SUS PROPIOS DONES. Por eso la tarea de descubrirlos o que se nos revelen se vuelve una “responsabilidad”.
Es cómo tú sientes que ese talento particular te hace único o única.
Puede ser algo sencillo como saber escuchar con atención a alguien que necesita ser escuchado, cocinar, si tu vocación interna es llevar un plato exquisito a la mesa de alguien y hacer feliz a una persona — si eso te hace feliz y eso hace tu vida significativa, ese puede ser un don.
Entonces…. ¿cómo descubrir los dones? ¿o cómo saber cuáles son los dones de uno?
Algunas ideas que te pueden ayudarán ….
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Pregunta. Pide a personas de confianza que te los hagan saber. A veces no vemos en nosotros mismos lo que otras personas pueden ver. Pide que te escriba una nota sobre un don o talento que ve en ti.
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Busca tus dones en los desafíos y momentos difíciles. Cuando hay un desafío date cuenta que recurres a tus mejores cualidades y dones para sobre pasarlo.
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Medita, pide orientación a La Fuente, a tus guías espirituales, a fin de recibir ayuda para reconocer tus dones. Ellos siempre están dispuestos a ayudarnos cuando se lo pedimos.
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No tengas miedo de probar cosas nuevas. ¿Desarrollamos solo aquellos dones que ya sabemos que poseemos porque tenemos demasiado miedo de hacer algo que no hemos hecho antes? Es el momento de probar algo nuevo y descubrir dones que no conocías.
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Mira fuera de ti mismo. En ocasiones, nuestras mejores cualidades se ponen de manifiesto cuando no nos centramos en nosotros mismos, sino en cómo podemos trabajar con los demás y ayudarlos.
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Piensa en las personas que son un ejemplo para ti. Haz una lista de todos los dones que tienen esas personas y, en lugar de centrarte en los que no tienes en común, celebra los dones que sí compartes.
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Investiga tu historia familiar ¿Cuáles de tus dones poseen también tus hermanos, padres o abuelos? Descubre historias y encuentra otros dones que compartes con tu familia.
Al final del día, el talento o el don es poder sentirte conectado contigo, con tu propósito y misión de vida.
Sorprende ver cómo algunos dedican todo su esfuerzo a un área o una profesión que no tienen nada que ver con sus talentos innatos. Sea por ignorancia o desconocimiento, vamos a despertar.
Lo opuesto también es verdad. Muchos pasan toda la vida tratando de cambiar lo que se nos fue encomendado.
Buscan en otros lados, en otras personas y subestiman sus propios dones porque no creen, o desconocen o ignoran que Dios les ha dado regalos especiales y únicos para convertirse 100% en quienes vinieron a ser.
Nunca subestimes el poder de los dones que hay dentro de ti.
Se nos dan los dones y talentos no solo para cumplir al máximo el llamado en nuestras propias vidas, sino también para llegar a las almas que están ligadas a esos dones.
He comprobado, desde aquel día en el acto en la escuela cuando mi profesor de español Roberto Carrizo me dijo: tienes un don, que sentirnos especiales es parte de la experiencia del ser humano: que sentirnos especiales viene con reconocer nuestra marca personal y ser reconocidos también cuando dejamos nuestra huella con nuestros dones y talentos que ponemos al servicio del bien común.
Por eso quizás me dedico a lo que me dedico: a que en el proceso de desarrollar tu marca y encender tu chispa te encuentres con todos los aspectos bonitos de tu ser y tu personalidad, y juntos colaboren para tu mayor beneficio y felicidad.
Lo bueno es que los talentos y el llamado divino, son permanentes y duraderos.! están ahí pacientes esperando que les prestemos atención cuando dejemos de ver afuera y buscar en otro lado lo que siempre ha estado en nuestro interior.
Que tu luz brille, tus dones te sorprendan y tu amor se expanda,
xoxo
Yael
Muy lindo y sí creo que es así!
Es un estudio que a veces uno se desespera, se pone ansioso, etc. pero se permanece en la búsqueda!
Con Fe que se va a lograr y muchas gracias los empujoncitos son fabuloso, me gustan mucho.