Si Walt Disney hubiera renunciado después de que el concepto de su parque temático fue desechado 302 veces, no existiría Disneyland.
Hoy en día Disney es un gigante del entretenimiento que difícilmente puede llegar a ser medido. Posee grandes activos como Marvel Studios y la franquicia de Star Wars, sigue produciendo películas que rompen taquillas y dirige miles de metros cuadrados en parques recreativos alrededor del mundo.
Pocos saben de las dificultades que tuvo que enfrentar para poder lanzarlos. Prueba de esto es que el primer estudio de Disney fue disuelto, ya que estos no pudieron pagar el arriendo. Incluso, después de éxitos como Snow White, muchas de sus primeras películas–clásicas como Pinocho y Fantasia–fueron un fracaso financieramente.
Invitada como anfitriona por FuckUpNights PTY en su edición número 13 aprendiendo y tomando nota de lo que No Hacer.
El fracaso es una experiencia necesaria si eventualmente deseas ser exitoso.
Pero volviendo a Walt Disney y tenemos un gran aprendizaje:
El poder de una idea no puede ser medido objetivamente por su relativo éxito o fracaso. La mayoría de filmes de Disney fueron considerados obras de arte, incluso cuando la mayoría fueron catalogadas como fracasos financieros y comerciales. Tanto así, que su primer estudio, el cual fue devuelto por no poder pagarlo, fue capaz de generar grandiosos trabajos de alta calidad.
La experiencia de fracasar puede ser una gran fuente de aprendizaje y motivación o de pánico para no intentarlo de nuevo: dependerá siempre de tu perspectiva; aprender de tus errores y trabajar duro por alcanzar tus objetivos, son ambos necesarios para alcanzar el éxito.
Cuando lo estás viviendo, un fracaso puede ir desde doloroso hasta devastador, dependiendo de la severidad de tu experiencia. Como joven profesional, emprendedor, o como alguien tratando de alcanzar algo significativo para tu vida, el fracaso está en capacidad de hacerte detener indefinidamente–pero solo si tú lo permites.
Otra de mis historias favoritas, persona que me inspira con su ejemplo es Steve Jobs
Una mente maestra de la innovación tecnológica y la visión corporativa, Steve Jobs es el responsable de hacer que Apple sea la empresa que es hoy en día. Sin embargo, no todo es color de rosa; su pasado está lleno de fracasos, retrocesos y dolorosas derrotas.
Jobs creó Apple en 1976, la compañía había comenzando a crecer gracias al esfuerzo de sus fundadores, hasta 1985 cuando lanzaron un producto que fracasó totalmente.
Aunque no lo vayas a creer, este fue despedido de la propia compañía que creó; una persona común y corriente no hubiera podido superar este fracaso, pero Jobs era diferente, así que salió a crear NeXT; otra compañía que también parecía ser fracaso…hasta que llamó la atención de una derrotada Apple en 1997.
Apple compró la compañía y trajo de regreso a Jobs. Luego de esto Apple creó productos el iPod, iPhone y el iPad, todos ellos de la mano de su fundador.
Aprendizaje: La perseverancia lo es todo. Su compromiso con hacer productos grandiosos e increíbles le permitió recuperarse tanto de sus fracasos personales como profesionales; y en últimas convertirlo en un hombre para la historia, reconocido por cambiar el curso de la humanidad
La próxima vez que estés experimentando un fracaso en tu vida, sea pequeño o enorme, recuérdate que estás bien rodeado, y que grandes personajes de la historia también han estado allí donde te encuentras. Pero, no tienes que ir tan lejos, pregúntale a cualquier persona cerca a ti que haya alcanzado el éxito si ha tenido que pasar por el fracaso; con seguridad te responderá que sí.
El fracaso nunca es el final del camino, es tan solo un paso más en tu recorrido al éxito.
Hasta la próxima!
Yael