El mundo cambia y el liderazgo también. Amén por eso. Necesitamos buscar lo máximo en las personas que participan o trabajan en las compañías, llámese colaboradores, clientes, inversionistas, socios comerciales.
Necesitamos sacar lo mejor de ellas y abordar sus necesidades para su auto-realización. Parafraseando a Guillem Recolons – personal brander – el motor de una marca personal es la persona y está dentro de cada uno: “porque todos tenemos una misión que cumplir, una vocación que nos hace transcendentes.”
Y si a las empresas las componen las personas, ¿qué mejor forma de inyectar valor a la empresa que valorizando a sus personas?
Proveer un salario ya no es suficiente. La gente necesita saber qué hacer y poder hacerlo en trabajos bien diseñados.
La gente tiene que sentirse incluida, con autonomía para hacer conexiones, desarrollar alianzas y amistades.
Una manera de que la gente se sienta involucrada y responsable es darles decisiones de las que sean realmente responsables. La gente necesita usar más sus talentos, habilidades y energía para estar plenamente involucrados. (cita Manual de Liderazgo para la Realización)
La propuesta del liderazgo auto-realizado del Dr. Michael Hall – fundador de la International Society of Neurosemantics – es que un líder con visión debe organizarse para cubrir las necesidades de su “gente” dentro y fuera de ella y desde la cima: ese lugar donde está el propósito, el legado, aquello que inspira a las personas a moverse por sus logros dentro de la empresa, a encontrar y desarrollar ese orgullo de propiedad, de compromiso y por consecuencia, de lealtad.
Si los líderes son capaces de cubrir estas necesidades desde la cima, tendrán una organización llena de propósito, espíritu y por consiguiente, éxito, reconocimiento, credibilidad y claro que sí, PRODUCTIVIDAD y mucha!
¿Quién no quiere tener una organización con personas orgullosas y comprometidas con su trabajo? La productividad es consecuencia del compromiso y orgullo por el lugar de trabajo no tanto por el puesto de trabajo.
Cuando los líderes reconocen el valor que aporta cada persona y su contribución dentro de la organización contarán con colaboradores dispuestos a dejar su huella en el lugar donde trabajan más allá del puesto de trabajo que ocupan. El liderazgo desde la cima puede darle más vida y vitalidad a la organización. Busca la cima. Busca lo que mueve a tu gente. Busca obtener lo mejor ellas para que se vuelvan motivadas (con motivos para…), comprometidas y productivas.