Cada vez conseguir éxito o reconocimiento laboral es más y más complicado. Demasiados profesionales haciendo lo mismo, ofreciendo casi lo mismo y para colmo, dispuestos a bajar el precio de sus propuestas o proyectos con tal de que “se los aprueben”.
¿Cómo logras que te escojan por encima de otros que también tienen talento, capacidades, conocimientos y ganas igual que tú?
La respuesta es: Te diferencias.
Y para diferenciarte debes saber primero qué es lo que haces mejor. La otra parte del asunto es que para que otros confíen en tí y quieran preferirte, debes saber transmitirles confianza y eso se puede lograr Dándote un Like primero a ti.
Estoy convencida que los que deciden DARSE UN LIKE son personas que se ponen a si mismos primero – no por arrogancia o egocentrismo -, sino que han entendido la importancia que tiene hoy en día aceptarse a si mismos y darse a conocer por lo que son, por lo que representan, por lo que saben y por lo que hacen.
Si no sabes si te has Dado un Like a ti, te regalo estas preguntas para que te auto-evalúes:
- ¿Cuál es tu principal valor como personal y profesional?
- ¿Sabes lo que aportas de manera diferente al sector donde laboras?
- ¿Qué es lo que más aprecias de tu personalidad?
- ¿En dónde están tus mayores capacidades?
- ¿Cómo te quieres posicionar y destacar como profesional en tu área?
- ¿Sabes cuál es tu reputación profesional?
Todo comienza con un Like. EL TUYO.
Para ser la opción preferida para el público que te interesa, tomar la decisión de trabajar tu marca personal es una opción altamente éxitosa, porque a través de ella es posible posicionarte como una experta o especialista en tu rama…. Y estoy segura que con ello te darán más Likes 🙂
Tu marca es una expresión de quien eres y lo que te representa; es tu huella personal, – y aunque “You “Like” it or Not”, – (“Te Guste o No”) – tú ya tienes una marca.
Recuerda que en un mundo donde puedes ser lo que sea, Sé Tu Mismo porque ahí está tu poder; que la cosa es Haciendo! y poniéndonos en movimiento para dejar nuestra huella.
Hasta la próxima,
Yael